HAMBRIENTA UNA VEZ MÁS
Estoy hambrienta, pero no de comida, sino de algo que no puedo nombrar. Mis labios ansían el roce de otro cuerpo, pero no es suficiente. Cada beso, cada caricia, es solo un instante efímero de alivio en una marea constante de necesidad y al mismo tiempo me alegra que no sea todo los días cuando me entrego porque no soporto la idea de pertenencia. Cuando despierto, antes de que mis ojos se acostumbren a la luz, ya estoy buscando algo, una presencia, un sabor, una textura que calme este fuego interno. Tengo sed de vida, pero el agua no apaga esta sed; tengo hambre de amor, pero los cuerpos no llenan este vacío. Quiero morder, arrancar pedazos de lo que me rodea, de lo que me toca, lo que me penetra, de lo que me marca y de lo que me cubre, quiero sentir el sabor crudo de la piel, de la carne, de gritar los sentimientos no expuestos, digo cosas pero no lo suficiente, cuento algo y omito detalles, clamo al amor y miento sobre secretos porque estoy molesta y decepcionada y quiero no ser ton...